Sin ser un hito turístico en sí mismo, lo cierto es que el cementerio de Brihuega bien merece una visita. Con todo el respeto que merece un camposanto, el de la Villa goza de una ubicación que lo hace único.
Se encierra en el recinto del Castillo de la Piedra Bermeja, construido por los árabes entre los siglos X y XI. La transformación de este espacio del castillo en cementerio tuvo lugar en 1834, siendo la inauguración oficial en 1838, al pasar la propiedad a manos municipales (1835) tras la Desamortización de Mendizábal.
Se dispone de dos niveles, el de arriba donde están enterrados los restos de las familias más poderosas en capillas o panteones; y el de abajo, destinado a los más desfavorecidos.
Datos de interés
📍 Está ubicado en el Castillo de la Piedra Bermeja.
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